
Imagina qué caos sería si cada firma decidiera registrar los movimientos de su dinero de una forma diferente… si cada quien hiciera, con respecto al registro de las transacciones, lo que pudiera o lo que le viniera en gana… e incluso, si algunas organizaciones decidieran pasar esta actividad por alto. A fin de garantizar cierto orden en la mantención de la contabilidad empresarial, es que fueron creados unos principios de contabilidad muy específicos. Aquí te contamos todo sobre los mismos.
Confía en nosotros y déjate asesorar por quienes más conocen de este tema. Hacemos un análisis concienzudo de la cuestión, con datos verificados y bibliografía revisada por expertos. Te damos la info que has venido a buscar, sin tergiversaciones ni simplificaciones, pero tampoco sin complicar el tema innecesariamente. Sabemos lo que necesitas y estamos dispuesto a brindártelo. ¡Sigue leyendo!
Aquí realizamos un relevamiento de aquellos principios de contabilidad generalmente aceptados por la gran mayoría de las empresas que conoces; te contamos de dónde han surgido, para qué se usan y cómo se aplican en la realidad cotidiana de cualquier organización.
Qué son los principios de contabilidad
Antes de enunciar cuáles son los principios que nos ocupan, creemos pertinente hacer una breve caracterización de esta expresión. Los principios de contabilidad generalmente aceptados también son llamados “normas de información financiera”. Constituyen un haz de reglas con carácter general que guían contablemente la formulación de criterios para medir el patrimonio e informar los componentes económico-patrimoniales de una empresa.
En otras palabras, estos principios representan estándares para confeccionar los estados financieros de las organizaciones bajo un método uniforme desde el punto de vista de la técnica contable utilizada. La idea es que todas las firmas se valgan de los mismos criterios a la hora de registrar sus operaciones.
Los principios de contabilidad a los que hacemos referencia fueron aprobados a mediados de los años ’60 en Argentina, durante la VII Conferencia Inter-Americana de Contabilidad. Desde esa época hasta esta parte, han sido utilizados por la mayoría de las empresas para lograr cierta uniformidad en el registro de las transacciones monetarias.
Esto brinda muchas ventajas, por ejemplo, a la hora de dar a conocer la información relativa a la actividad de la empresa a organismos de auditoría. Por otra parte, evita errores u omisiones que podrían esconder casos de corrupción o evasión impositiva, lo que brinda una pátina de transparencia y honestidad a las entidades.
¿Cuáles son sus enunciados elementales? Hacemos una selección de los más prominentes a continuación:
- Principio de equidad: no debe haber intereses en conflicto. Los estados contables tienen que reflejar equitativamente todos los intereses que están en juego en una organización.
- Principio de uniformidad: todos los criterios y principios utilizados para la valuación de las transacciones en un periodo determinado, tienen que ser aplicados de la misma manera en el siguiente periodo contable.
- Principio de exposición: de manera general, la información presente en los estados contables tiene que ser clara y concisa. Su interpretación debe ser sencilla y permitir un adecuado entendimiento de la situación real de la entidad.
- Principio de materialidad: las normas dictaminan que no pueden registrarse operaciones que no existan, salvo en el caso de deudas que se pueden prever. Bajo ningún concepto se pueden registrar ganancias todavía no obtenidas. Por otro lado, es importante desglosar las operaciones por fecha, cliente y valor, entre otros datos.
- Principio del ente: una empresa se define por perseguir fines económicos, y esto la diferencia de otra clase de entidades. La contabilidad se interesa solo por este tipo de entes. En tal sentido, los estados financieros únicamente deben contener activos, pasivos, derechos y obligaciones del mismo y no de personas.
- Principio de los bienes económicos: la contabilidad solo se centra en bienes que pueden ser valuables en términos de dinero, ya sean tangibles o intangibles.
- Principio de la unidad de medida: el patrimonio reflejado en el estado contable tiene que guiarse con una única moneda de referencia y aplicar el criterio del coste a todas las unidades en forma pormenorizada.
- Principio de la continuidad operativa: se sobreentiende que un estado contable es propio de una empresa en plena actividad, es decir, que se encuentra operativa y que planea estarlo en el futuro.
- Principio de periodicidad: cada cierto lapso de tiempo, la empresa debe dar cuenta de los resultados económicos de su gestión. Tal plazo temporal es conocido como “ejercicio contable” o “periodo contable”. Normalmente abarca 1 año completo.
- Principio de objetividad: se entiende que los datos registrados a partir de las operaciones económicas son objetivos; la entidad tiene certeza de su valor y sabe fehacientemente que ocurrieron.
- Principio de prudencia: cuando el contador debe escoger entre 2 valores, se debe optar por el que sea menor, para minimizar el involucramiento del dueño en las operaciones contables. Es importante ignorar ingresos que todavía no se hayan concretado, como así también pérdidas eventuales, que no se han producido aún.

Un detalle que deseamos destacar es que las premisas que hemos citado no son todas las que prevé el conjunto orgánico de los principios de contabilidad generalmente aceptados. Si deseas conocerlas integralmente, pulsa sobre el siguiente enlace para checarlos desde una fuente de consulta segura.
Principios de contabilidad generalmente aceptados
Los expertos suelen conocer estos principios por la sigla PCGA (Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados). A continuación los resumimos de una manera simple pero completa. Nuestro listado contiene los ítems principales que todas las organizaciones han adoptado como medida o criterio universal en sus registros contables:
- La existencia de una cuenta deudora supone la existencia de otra acreedora que tenga el mismo importe.
- Siempre las sumas del debe tienen que equivaler a aquellas del haber.
- Los resultados negativos o pérdidas siempre se debitan, mientras que los resultados positivos o ganancias siempre se acreditan.
- El patrimonio de la organización es diferente al de sus dueños. Nos encontramos frente a uno de los principios de contabilidad que apuntan a identificar a las empresas como “personas” (aunque jurídicas) con una entidad propia, que no es equiparable a la de sus responsables.
- El principio de los recursos de una firma equivale al valor de las acciones o participaciones que recaen sobre la misma.
- Los elementos patrimoniales y lo que provoca sus resultados se registran a través de cuentas. Sus variaciones también se deben anotar.
- Se denomina “saldo” de una determinada cuenta a su valor expresado en moneda en un X momento temporal. Dicho saldo cambia siempre que una transacción surta efecto sobre los componentes que la misma represente.
- Tanto las cuentas de activos como de gastos son “deudoras”, mientras que el resto son “acreedoras” (ganancias, pasivos y patrimonio neto).
- Los asientos o anotaciones deben mantener igualdad en la suma de los saldos, más allá de la cantidad de créditos y débitos.
- Los negocios existen de forma separada de sus dueños. Así, los registros contables no tienen que incluir información sobre propiedades que solo pertenezcan a los poseedores de la firma pero no a esta en sí.
- El sentido práctico debe primar en el registro contable; si bien no hay un criterio mínimo para determinar qué eventos son importantes y cuáles no resultan significativos, las situaciones de poca monta deben omitirse.
- El sentido común del contador es fundamental para determinar qué situaciones contables necesitan un registro y cuáles no.
- En el precio de adquisición de un producto o materia prima deben incluirse los esfuerzos realizados para su adecuada incorporación a los activos de la empresa.
- Las obligaciones se devengan únicamente cuando se ha vencido el plazo máximo de pago de la deuda, no antes. Este es uno de los principios de contabilidad con mayor adhesión dentro de las empresas a la hora de gestionar sus vencimientos.
- Cualquier actividad económica se tiene que registrar en el momento mismo en el que se la lleva a cabo.
- La contabilidad siempre descansa en el principio de partida doble: es decir, mientras algo ingresa, algo sale; algo va al debe y algo al haber. De otra forma no puede darse un equilibrio en las cuentas. Por cada ingreso se produce también un egreso.
- Todo evento económico que cuantifique la contabilidad de una organización debe ser registrado de acuerdo a la cantidad de efectivo que se vea afectada, o bien, su equivalente.
- Es necesario implementar ajustes cuando se producen eventos que modifiquen los valores de los datos contables, a fin de seguir obteniendo un informe certero.
Pues bien, en los dos apartados anteriores acabas de conocer una síntesis de los principios de contabilidad generalmente aceptados. Por cuestiones de espacio no hemos abordado el tema con la profundidad que hubiéramos querido, pero creemos que igualmente ahora tienes un panorama mental bastante aproximado de la cuestión.

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Fuentes
- Rey Pombo, José (2014) Técnica contable. España: Paraninfo.
- Romero, Álvaro (2018) Principios de contabilidad. México: McGraw-Hill.