
Tal vez no lo sabías, pero la Filosofía no es un concepto que solo se relaciona con las estatuas griegas y los dichos de los sabios. Se trata de una ciencia compleja que tiene aplicaciones prácticamente en todos los campos del saber; un área del conocimiento que define la manera en que realizamos todas y cada una de nuestras actividades, aunque la tengamos incorporada solo a nivel inconsciente. En el post de hoy queremos contarte acerca de la filosofía de una empresa, cómo se manifiesta, cuál es su importancia y de qué manera incide sobre el desarrollo organizacional.
Quizá no imaginabas que dos mundos tan distintos en apariencia –como lo son un área humanística, del pensamiento, y otra del sector de los negocios o de la Economía- pudieran tener puntos en común. Lo cierto es que los tienen y el hecho asume capital importancia a la hora de definir el rumbo de la organización comercial o productiva. Sigue leyendo y entérate de qué manera se relacionan ambos conceptos en una idea realmente clave: la filosofía de una empresa.
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Filosofía de una empresa: qué es
La filosofía de una empresa habla de la manera específica de trabajar de cada compañía; es el atributo que define y explica el porqué de la realización de tal o cual proceso, como así también de la manera específica en la cual se lo lleva a cabo. En la mayor parte de los casos, esta perspectiva sobre el modo de hacer negocios no está escrita, aunque podemos identificar una parte de ella en documentos como el manual de bienvenida, el reglamento interno o los medios donde se encuentren expresadas la misión y visión empresariales.
Lo que hemos descrito hasta aquí no es casual y resulta definitivo a la hora de tomar decisiones dentro de la firma. Por ejemplo, una organización puede rechazar una gran oportunidad de negocio que roza la ilegalidad, que proviene de una fuente relacionada con la corrupción o que provoca contaminación del medio ambiente debido a que estos rasgos no cuadran con su manera de concebir lo que es un emprendimiento comercial.
Hemos aclarado que en la mayoría de las ocasiones la filosofía organizacional no está plasmada en un papel. Es muy importante, no obstante, que pueda ser correctamente identificada por todos los miembros de la compañía, dado que establece una forma particular de hacer las cosas, pensar, actuar, relacionarse, proponer soluciones a los problemas y nuevos proyectos. En este sentido, no es una mala idea comunicar –de manera clara e inteligible- tal aspecto organizacional a toda la planta en un momento dado.
Hay diferentes recursos por medio de los cuales puede emprenderse esta tarea: con una reunión de personal, con capacitaciones específicas, mediante el diseño de un organigrama o diagrama particular (que se exhiba luego en un sitio visible para todo el mundo), con la difusión de un documento específico o mediante la exposición de ideas en distintos documentos organizacionales en general, como lo son el manual de bienvenida, el manual protocolar o el reglamento interno de la empresa.
Algunos expertos hablan de la filosofía de una empresa como una actitud en particular, una inclinación a cierto modo de actuar y concebir el negocio, una forma de pensar y no un parámetro tangible, un protocolo concreto. Sin embargo, se trata de un concepto de capital importancia porque da cuenta de la interacción y actuación tanto de la planta de empleados entre sí como con sus superiores y con los proveedores y clientes.
Esto nos lleva a afirmar que la filosofía organizacional incide tanto en el trato con los organismos o entidades externos a la empresa (como el medio, el Gobierno, los consumidores, el mercado, la competencia) como con los agentes internos –es decir, la totalidad de los miembros de la firma, sin importar su jerarquía, cargo o nivel de responsabilidad. De acuerdo con los expertos, diseñarla aporta grandes beneficios a la entidad como el hecho de crear una cultura corporativa positiva, con la cual puedan sentirse identificados todos los empleados.
Cuando se desarrolla adecuadamente el sentido de pertenencia a una entidad, sus distintos miembros se sienten más motivados a dar lo mejor de sí y a aportar lo que saben para alcanzar los fines de la organización en forma conjunta. Un trabajador motivado es más proactivo, creativo, eficiente y responsable que otro que ignora para quién hace las cosas o que se siente distanciado de la firma, que no se percibe como parte de ella.
Más allá de estas disquisiciones, te invitamos a pasar a la próxima sección para conocer la forma correcta de plantear la filosofía de una empresa. Como siempre hacemos en nuestros artículos, descendemos de las nubes de la teoría para aterrizar en la realidad con métodos y propuestas bien concretos.

Cómo diseñar la filosofía de una empresa
Tal como anticipamos en el apartado anterior, no queremos entregarte una mera explicación de corte teórico, sino que pretendemos brindarte tips y consejos concretos, como así también ejemplos prácticos, para que puedas aplicar este tema en tu realidad más cercana. Entonces ¿cómo crear la filosofía de una empresa? ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de diseñarla y plantearla? Veamos algunas recomendaciones en este sentido:
- Lo planteado tiene que ser coherente con las metas económicas de la organización.
- Es necesario mantener concordancia con la misión y la visión de la entidad.
- La filosofía de una empresa debe reforzar aquella imagen de marca que se desea mostrar a los consumidores.
- Tiene que estar formulada de manera clara y precisa, y –de ser posible- ser dada a conocer a los diversos miembros de la planta.
- Debe ser planteada desde el nacimiento mismo del negocio, para evitar malos entendidos y distorsiones en el rumbo de la organización.
- Puede requerir el asesoramiento de un experto o, al menos, de un auditor de negocios que brinde precisiones sobre las tendencias organizacionales, luego de haber analizado el estado del negocio.
- No debe ser vaga ni contradictoria, pues esto podría llegar a provocar problemas de convivencia entre los empleados, situaciones de competitividad innecesaria, disconformidades entre los clientes, etc.
- Siempre debe apuntar a mejorar el volumen de ventas, porque los consumidores eligen las marcas también por cómo los hacen sentir, cómo los tratan, qué calidad y nivel de servicio tienen, etc., y esto forma parte de la filosofía de una empresa.
- Tiene que poder optimizar todos los procesos productivos y comerciales de la entidad de la cual se trate, y homogeneizarlos con una política específica de acción.
Acabas de ver diferentes ítems generales a tener en cuenta a la hora de diseñar tu perspectiva organizacional. Ahora, más concretamente, entre los principales elementos de la filosofía de una empresa podemos mencionar los siguientes (a modo orientativo, pues pueden variar de una organización a otra):
- Responsabilidad social empresaria: es decir, acciones dirigidas a la implementación de mejoras en la calidad de vida de la comunidad donde se encuentra la firma.
- Servicio al cliente: esto incluye mantenerse presente como marca durante la venta y la posventa, atender cualquier inquietud del consumidor, responder rápidamente a sus preguntas y consultas, recibirlo con cordialidad, educación y buen trato, etc.
- Honestidad en los procesos productivos y comerciales: el ciclo contable debería ser impecable desde el punto de vista financiero y productivo; es decir, no debería haber ninguna fuga de capital extraña ni engaños en las ventas, como así tampoco fallas en el control de calidad de los productos, ni adulteraciones en la cadena productiva que pudieran impactar en el resultado final.
- Voluntad de mejorar continuamente: este es uno de los puntos clave de la filosofía de una empresa. Una organización que quiera crecer y sostenerse a largo plazo, deberá mostrar optimizaciones constantes en toda su estructura.
- Políticas de trato y convivencia: por ejemplo, la no discriminación entre personal masculino y femenino, o el hecho de cómo deben dirigirse a sus superiores los empleados.
- Interés en el bienestar de los empleados: estos deberían ser considerados personas y no números, un recurso humano y no un mero empleado. En calidad de recursos, pueden presentar un fuerte potencial para hacer crecer a la compañía. Por eso deben contemplarse como un activo y ser valorados, capacitados, entrenados, motivados.

Si bien hemos tratado de brindar una lista más o menos amplia, sabemos que el tema no acaba aquí y que pueden existir muchos otros elementos pertinentes para diseñar la filosofía de una empresa. Esto dependerá de las características propias de la organización, su rubro económico, el giro al cual se dedique, el tipo de sociedad que represente, el lugar donde se encuentre instalada, entre otras posibles variables particulares.
Así, por ejemplo: una empresa de indumentaria puede establecer una filosofía de trabajo digno que la lleve a no instalar talleres clandestinos donde los empleados hagan la costura hacinados, sin luz ni ventilación; o una filosofía que la incline a trabajar solo con materias primas de alta calidad para cuidar el medio ambiente, evitando el descarte rápido de la ropa por parte de los consumidores apenas se desgasta. Por su parte, una marca puede colocar como premisa fundamental un excelente trato al cliente, con contactos personalizados, reuniones exclusivas agendadas en forma previa, servicios de pos venta, asesoramiento sin cargo, premios y recompensas por la fidelización a la marca, etc.
Ya ves que este tema se plasma y se transparenta en una amplia multitud de detalles cotidianos que hacen a nuestra relación cotidiana con las empresas, es decir, a través de las marcas que habitualmente consumimos en todos los rubros. Quizá pensabas que íbamos a tratar un asunto poco concreto, intangible, alejado de tu realidad; sin embargo, buscamos todo lo contrario. Queremos que veas cuán importante eres como parte de este sistema y llegues a comprenderlo del todo. Somos consumidores y, muchos de nosotros, también productores y proveedores de bienes o servicios.
Pero en fin, luego de esta publicación, ya conoces a ciencia cierta en qué consiste la filosofía de una empresa, cuáles son sus atributos primordiales y cómo se diseña. Estamos seguros de que, gracias a nuestros prácticos consejos, podrás crear tu propio modelo de filosofía organizacional para aplicarlo en tu negocio.
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